“Don’t Worry Darling”, la segunda película de Olivia Wilde después de “Booksmart”, ha sido uno de los estrenos más comentados del año, no solo por los chismes y rumores que la rodearon, sino también por las opiniones de criticxs que la calificaron como “ambiciosa”, lo que lleva a preguntarme ¿Acaso las cineastas no pueden ser ambiciosas? ¿O será que les incomoda las problemáticas que plantea?
Vamos a lo importante, el thriller psicológico sigue a Alice (Florence Pugh), una ama de casa que vive junto a su esposo Jack (Harry Styles) en una comunidad utópica creada por el millonario y visionario Frank (Chris Pine), que está ambientada en la década de 1950 y está ubicada en el medio del desierto.
Cada mañana Alice y el resto de las mujeres de la comunidad despiden a sus esposos, quienes trabajan para Frank en el misterioso “Proyecto Victoria” del que no saben de qué trata incluso tienen prohibido preguntar y, sin descuidar su peinado ni maquillaje, pasan la tarde realizando tareas domésticas y de cuidado y cuando llega la noche los esperan con la cena lista aún con energía para tener sexo.
Cada una de estas mujeres fueron convencidas de que su deber es acompañar a sus maridos, pues ellos son “importantes” y “están cambiando al mundo”. Sin embargo, cuando una de las esposas advierte que nada es lo que parece, Alice comienza a sospechar de todo lo que la rodea, hace preguntas y busca respuestas, pero rápidamente es tildada de “loca” y es sometida a electrochoques para que haga silencio.
Florence Pugh, una de las mejores actrices de su generación, sostiene el suspenso de la trama hasta el último acto cuando descubre que en el mundo real ella era cirujana y fue su esposo quien tomó el control de sus cuerpos y los introdujo en la simulación de la comunidad conservadora de Frank.
La ambientación de la década de 1950 no es casualidad, pues el patriarcado quiere conservar a las mujeres en el rol de madres y amas de casa sumisas y contentas de esa época, no por nada algunos sectores sociales de Estados Unidos continúan sosteniendo el lema “Make America Great Again”, con el deseo de retroceder en el tiempo y detener la ampliación de los derechos humanos.
“Don’t Worry Darling” invita a reflexionar sobre el control de los cuerpos de las mujeres, los estereotipos y roles de género y los mandatos sociales, por lo que seguramente te has preguntado: ¿Cuántas veces las mujeres han estado en la misma situación de Alice?
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