Sarah Polley se inspiró en la novela de Miriam Toews para llevar a cabo su cuarta película protagonizada por un gran elenco que incluye a Rooney Mara, Claire Foy, Jessie Buckley, Judith Ivey, Sheila McCarthy, Michelle McLeod, Kate Hallett, Liv McNeil y Ben Whishaw, que le valió el Oscar a Mejor Guión Adaptado.
“Women Talking” sigue a un grupo de mujeres menonitas que tras ser drogadas y violadas durante las noches por los hombres de su propia comunidad, se reúnen en secreto para debatir en solo 24 horas si deciden perdonar y obedecer a sus agresores, quedarse en la congregación y luchar o huir junto a sus hijas.
Mujeres de tres generaciones que no tienen estudios, no saben leer ni escribir y no tienen el acceso a la información que los hombres tienen, comprenden que lo que les hicieron no le tiene que pasar a sus hijas.
A pesar de los horrores vividos, aún continúan de pie, sosteniéndose unas a las otras, la mayoría de ellas con la fe intacta, pues no es su fe la culpable de lo que les sucedió, son los hombres que las rodean.
La directora y guionista tomó la importante decisión de no representar las agresiones sexuales que sufrieron estas mujeres y centrarse en sus encuentros y sus diálogos como si estuvieras viendo una obra de teatro, ya que lo trascendental de esta historia es como estas mujeres pueden poner en palabras su sufrimiento y lo procesan, dado que es partir de ello que logran tomar una decisión y avanzar juntas.
Cada una de las actuaciones es imponente y te atraviesa hasta la médula, la de Claire Foy cuyo personaje, Salomé, es una mujer que está desesperada por escapar de ese círculo de violencia y abusos, así como la de Buckley, en la piel de Mariché, quién está furiosa pero teme huir del único mundo que ha conocido. Indudablemente, ambas actrices merecían la nominación al Oscar a Mejor Actriz.
Tal vez el personaje más ambiguo es Ona, interpretado por Rooney Mara, quién transita un embarazo como producto de las violaciones, sin embargo ella está en paz y está dispuesta a apoyar cual sea la decisión que tomen sus compañeras. Puede que como espectador/a esperes otra reacción por parte de ella, pero cada una de estas mujeres es diferente y procesa su dolor como puede.
“Women Talking” demuestra cuán importante es la unión entre mujeres a la hora de crear espacios seguros que nos permitan romper el silencio y hablar sobre lo que nos pasa, adoptando la lucha de otras mujeres como propias, lo que llamamos sororidad.
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