Luego de su paso por los Festivales de Cine de Venecia y San Sebastián y a pesar de la decisión de las grandes cadenas cinematográficas de no proyectarla, finalmente se estrenó en cines la película protagonizada por Ricardo Darín y Peter Lanzani que relata el Juicio de las Juntas Militares, rozando los 200 mil espectadores en su primer fin de semana y esperando lograr el millón antes de su llegada a Amazon Prime Video.
“Argentina, 1985”, basada en hechos reales, sigue al fiscal Julio César Strassera (Darín) y al fiscal adjunto Luis Moreno Ocampo (Lanzani) quienes, con la ayuda de un equipo jurídico compuesto por jóvenes, arriesgaron sus vidas para juzgar y condenar, a contra reloj y bajo múltiples amenazas, a los principales responsables de los crímenes de lesa humanidad que se cometieron en última dictadura cívico-militar de nuestro país, en lo que fue el llamado Proceso de Reorganización Nacional.
El drama histórico, co-escrito por Mariano Llinás (Historias Extraordinarias) y Santiago Mitre (La Cordillera) y dirigido por Mitre, explora cómo se desarrolló el juicio más importante de la historia argentina utilizando recursos de humor para disminuir la tensión que la narración de los hechos conlleva.
La ambientación, la reconstrucción de la época y, sin dudas, la musicalización con temas de Charly García o Los Abuelos de la Nada nos permiten imaginar el contexto social y político de ese entonces: una democracia débil, el reciente gobierno de Raúl Alfonsín y la resistencia de los militares.
Las limitaciones con las que se lleva a cabo el Juicio de las Juntas Militares y sus sentencias nos ayudan a comprender las leyes que les sucederían: Punto Final en 1986 y Obediencia Debida en 1987.
Ricardo Darín y Peter Lanzani nos regalan sus magnificas interpretaciones poniéndose en la piel de dos fiscales que hicieron su trabajo y lograron la condena perpetua de Jorge Videla y Emilio Massera, convirtiéndose en héroes de carne y hueso de nuestra nueva democracia.
Una de las escenas más impactantes y desgarradoras es en la que Adriana Calvo declara en el juicio cómo fue obligada a parir en un falcón con las manos atadas. La más injusta es aquella en la que Julio Cesar Strasera es obligado a pedirle a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo que se quiten sus pañuelos blancos tan simbólicos para poder iniciar el juicio. Y sin dudas la escena más emocionante y más aplaudida es en la que el fiscal lee la última frase de su alegato final exclamando: “Señores jueces, NUNCA MÁS”.
Aunque si algo falto fueron las múltiples movilizaciones de los organismos de derechos humanos que reclamaron juicio y castigo y presionaron a Raúl Alfonsín para que inicie el Juicio de las Juntas Militares.
“Argentina, 1985” se convirtió en un nuevo clásico del cine nacional por su gran valor histórico y emotivo para lxs argentinxs, una película necesaria para que el “NUNCA MÁS” se sostenga en nuestra memoria en tiempos en los que los discursos de odio y negacionistas están en auge.
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